En repetidas ocasiones todos hemos oído hablar acerca de este pueblo, que dividido en doce tribus habitó la Palestina que profesó el monoteísmo, que detesto la esclavitud. Tubo profetas y reyes muy celebres, y más que todo, nos ha dejado un caudal de enseñanzas en un libro que es el más conocido del mundo: La Santa Biblia.
Los
Hebreos no fueron maestros en la escultura o pintura por prohibirlo su
religión, pero amaron la música y cantaban en toda ocasión: en la paz y en la
guerra, en el trabajo y en el descanso, en las alegrías y en la penas, en las
fiestas familiares y en manifestaciones públicas.
Abundan
las citas en la biblia sobre la música y los instrumentos musicales y prácticamente nada se hacía sin la
intervención de la música. Recordemos solamente el hecho de que el sonido de
las trompetas cayeron las murallas de la ciudad de Jericó; David tocando el arpa
alejaba al espíritu malo que atormentaba al rey Saúl. David tocaba el arpa,
cantaba y bailaba delante del Arca de la Alianza.
Instrumentos
Entre
los varios instrumentos musicales, encontramos los siguientes:
El
Sistro, que entre los hebreos era de metal,
mientras que otros pueblos lo usaban solo de madera.
Los
Címbalos, que les tocaban golpeándolos uno
contra otro con las manos.
El
Kofar, una especie de corno, hecho
primariamente del cuerno de algún animal y luego de metal.
La
Tromba, recta y lisa, que la llamaban
Hacocera.
El
Salterio, formado de 10 a 12 cuerdas
templadas sobre una base de madera de forma trapezoidal, o en forma de T.
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