jueves, 28 de abril de 2016

Música en Mesopotamia, Asiria, Fenicia


LA MÚSICA EN MESOPOTAMIA
 
Esta palabra quiere decir “entre ríos” por encontrarse este país precisamente entre los ríos Tigris y Eufrates. Allí floreció una avanzada civilización que llega hasta los 7000 años antes de Cristo, estos nombres nos recuerdan la Biblia, ya que allí fue creado el hombre; allí hubo el diluvio y se construyó la torre de Babel. No habitaron los Semitas sino los Sumerios. Los monumentos históricos nos hablan de varios dioses de los Sumerios entre los que estaban: el dios carretero, el dios pastor, el dios músico, y el dios cantor.
Un documento musical de 4000 años antes de Cristo nos presenta un arpa de cinco cuerdas y una lira de siete. Esto seguramente indica adelanto.
A los Sumerios les conquistaron los Semitas, 4000 años antes de Cristo, y fundaron dos ciudades muy importantes: Babilonia, a orillas del Eufrtaes, y Nínive a orillas del Tigris.
Babilonia fue de la sede del gran imperio Babilonio, que en tiempos de Nabucodonosor, (seis siglos antes de Cristo), fue conquistado por los asirios.
Estas civilizaciones se integraron unas con otras, y por eso tienen cosas en común también en la música.
Los músicos babilonios seguían a los sacerdotes, acompañaban a los monarcas en los cultos divinos, a los militares en sus desfiles, y no faltaban tampoco para alegrar los banquetes. En Babilonia, las notas representaban las estaciones: el MI representaba el estío, el LA al invierno, el SI al otoño, y el otro MI la octava superior del primero, representaba a la primavera. Los músicos de Babilonia gozaban de prestigio: seguían inmediatamente después de los dioses y los reyes. Los demás funcionarios venían después de los músicos.



LA MÚSICA EN ASIRIA
 
Esta región se encuentra un poco al noreste de Mesopotamia, y también los músicos asirios gozaban de prestigio, siguiente, como en Babilonia, solamente después de los dioses y los reyes. El dios Ischtar comunicaba su voluntad con una flauta de pico, y el dios Ramann, dios de los vientos, con un oboe.
Instrumentos
Conocieron los Asirios muchas clases de laúdes y cítaras; arpas de número variable de cuerdas. Unas colgaban del brazo izquierdo, otras del cuello, otras, para ser mas sonoras, aumentaban el tamaño de la caja de resonancia.
Entre los instrumentos de viento, figuraban flautas sencillas y dobles. La flauta era un instrumento sagrado por ser “armoniosa y de dulces sonidos”
No faltaron tampoco trompetas, platillos, tambores y varios instrumentos de percusión. Conocieron también un rudimentario instrumento de cuerda llamado Barbitón: una especie de violín de dos cuerdas.



LA MÚSICA EN FENICIA
 
Fenicia la región habitada por los hijos de Canaán, se encuentra situada en las costas asiáticas del Mediterráneo. Sus habitantes fueron muy industriosos, trabajadores y grandes navegantes. Muchos opinan que los fenicios llegaron América antes de Cristóbal Colón. Sus ciudades principales fueron Tiro y Sidón. Fenicia conoció la escritura, cultivaba la tierra, explotaba las minas; fue fabricante de aceites y púrpuras, y más que todo de bellas embarcaciones que surcaron todos los mares.
Los griegos consideraban a Sidón como la descubridora de la melodía; los judíos pensaban que Tiro era una meretriz con la lira. Un profeta dice de Tiro: “Haré cesar el ruido de tus canciones y enmudecerá la música de tus arpas. Curt Sachs dice que la música de Fenicia (año 1000 a.c) tenía un  carácter libertino y sensual.
Conocieron muchísimas clases de instrumentos: liras, oboes, dobles tambores, platillos, laúdes y arpas con muchas cuerdas.
Según el historiador  musical Curt Sachs, de la música de estos pueblos antiguos se conservan melodías que han pasado al canto gregoriano de la Iglesia Católica. Siria, cuya altura musical llega a los 2000 años antes de Cristo, merece especial mención. Egipto adopto el doble oboe Sirio; una orquesta siria prestaba sus servicios en la corte de un faraón; muchos esclavos y esclavas sirias llegaron a Grecia con sus arpas, liras y oboes.  

       

No hay comentarios:

Publicar un comentario